Luchino Visconti Nació en Milán, 1906 y falleció en Roma en 1976. |
De orígenes aristocráticos, en los años treinta se aficiona al cine y durante una estancia en París, conoce a Jean Renoir y trabaja con él. Debuta como director con "Obsesión (Ossessione)" (1943), adaptación a un ambiente italiano de la novela "El cartero siempre llama dos veces" de James M. Cain. En su primera película, Visconti recupera el talento de dos famosos actores del periodo fascista, Clara Calamai y Massimo Girotti, y los convierte en protagonistas de una historia llena de sensualidad, ambientada en lugares poco comunes. El resultado es una película de rotura, aborrecida por las autoridades, que anuncia una nueva concepción del cine.
En 1943 es arrestado por sus actividades antifascistas y ha de esperar hasta 1948 para rodar "La tierra tiembla (La terra trema)", adaptación de una novela de G. Verga, "Los Malavoglia (I Malavoglia)". Película sobre la historia de una familia, interpretada por actores no profesionales y hablada en siciliano, se caracteriza por una potente plasticidad en la cual el melodrama se une a un sentido aristocrático, no populista, a pesar de sus influencias evidentemente marxistas. Sigue "Bellísima (Bellissima)" (1951) cuya visión del pueblo es gramsciana en el sentido más estricto de la palabra y que representa una feroz crítica del neorrealismo y, a la vez, una superación del mismo. En cualquier caso, "Bellissima" es una obra fundamental del cine italiano en la cual es posible entrever algunas tenues señales que anuncian el cambio antropológico que se manifestará plenamente durante los años del "boom" y que Pasolini narrará con dolor.
En uno de sus mejores momentos, Visconti rueda "Senso" (1954), una relectura del Risorgimento exenta de hipocresías y un homenaje insuperable al mundo verdiano. "Senso" es una obra maestra indiscutible en la cual la perfección de la puesta en escena (piénsese a la secuencia inicial en el teatro o al veloz y febril desenlace final) se combina con una dirección ejemplar de los actores.
A partir de “Senso”, Luchino Visconti aborda y desnuda en sus filmes su contradictorio y complejo mundo interior. La destrucción del núcleo familiar; la decadencia de una clase social, -la suya-, y la degradación moral serán los ejes básicos de sus tres indiscutibles obras maestras: “Rocco y sus hermanos”; “El Gatopardo” y “Muerte en Venecia”.
El periodo más fértil de la creatividad de Visconti se cierra con "Rocco y sus hermanos (Rocco e i suoi fratelli)" (1960), suma y compendio de su arte, expresado en las formas de un melodrama de notables efectos en el cual se narra la desintegración de una familia campesina al llegar a la ciudad. Influido por Mann y Dostoevskij, el director milanés coloca sus trágicos personajes fuera del tiempo y del espacio, entre el mito y la historia, y nos regala imágenes inolvidables entre las cuales destaca la escena del asesinato de Nadia, nueva Carmen, en el Puerto de Hidroaviones.
A partir de entonces, el indiscutible talento de Visconti estará al servicio de películas más o menos académicas, de poca originalidad. Sin embargo, no faltarán obras espléndidas, como "El Gatopardo (Il Gattopardo)" (1963), donde la nostalgia por el pasado y la conciencia ideológica se entrelazan en una narración impecable. Ni faltaran, tampoco, obras de inusual inspiración, como "Ludwig" (1973), una película nocturna y espectral, tenebrosa y turbadora, con lúgubres presagios mortuorios. También (de 1967) es su filme "El extranjero" una hermosa película de este gran director injustamente olvidada, en la que recrea la novela homónima de Camus y donde Marcelo Mastroiani da una soberbia lección de actuación y que reafirma a Visconti como un gran director de actores.
Hoy se le recuerda como un inteligentísimo director que hizo cine de buen gusto para un público culto y exigente.
Leer más en: http://es.wikipedia.org/wiki/Luchino_Visconti
http://www.italica.rai.it/
Películas de Visconti en Cinearte:
Ludwig
El extranjero
Muerte en Venecia
El gatopardo
Muerte en Venecia
El gatopardo
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